Entrevista exclusiva con Félix Reynoso (Molino Casa Alarcia)

Entrevista exclusiva con Félix Reynoso (Molino Casa Alarcia)

¿Te gustaría conocer qué factores realmente marcan la diferencia en la calidad de las harinas que consumimos cada día? En nuestra entrevista exclusiva con Félix Reynoso, un referente de la molinería argentina, exploramos cómo la industria ha evolucionado a lo largo de los años y qué acciones son clave para lograr una producción de calidad.

¡Una visión llena de experiencia y sabiduría del sector! Continuá leyendo y descubrí cómo la molinería sigue innovando en busca de la excelencia.


La molinería argentina: innovación, capacitación y calidad

Félix Reynoso, hoy desde Casa Alarcia pero con más de 40 años de experiencia en el sector, nos ofrece una mirada integral sobre los desafíos y avances en la molinería argentina. Su recorrido comenzó en 1982, y a lo largo de los años ha visto cómo la industria se ha transformado gracias a la incorporación de nuevas tecnologías y a la creciente exigencia en todos los procesos.

Uno de los puntos que Reynoso destaca es la importancia de la capacitación. 'Sin capacitación, la originación de trigo no puede ser efectiva', comenta. Para él, la base de una harina de calidad es un trigo adecuado, y esto comienza con la selección correcta de la materia prima y un permanente mantenimiento de los silos. 'Si no cuidamos bien los silos, ingresan impurezas y humedad que pueden arruinar el grano', asegura, subrayando que 'una buena calidad de trigo facilita enormemente los procesos posteriores'.

La tecnología también ha jugado un papel crucial. Reynoso recuerda que, en sus inicios, el proceso de molienda requería de 70 personas para producir 300 toneladas de trigo al día. Hoy en día, ese mismo volumen puede ser manejado por solo 10-15 personas, gracias a la automatización y el uso de tecnología de punta. 'Los análisis de laboratorio antes se hacían a mano, hoy los equipos modernos hacen todo el trabajo con gran precisión', señala.


La capacitación como pilar fundamental

Reynoso hace especial énfasis en la capacitación constante de los empleados. 'El cliente es cada vez más exigente, por lo que tenemos que mejorar continuamente nuestros procesos', afirma. En su visión, la capacitación es el primer paso para lograr la eficiencia. A esto se le suma la necesidad de incorporar nuevas tecnologías y equipos para optimizar cada etapa de la producción, desde la molienda hasta el embolsado.

Además, recalca que en un país con una capacidad ociosa de 40-50% en los molinos, solo mediante una mejora constante en los procesos es posible asegurar la rentabilidad y la supervivencia de las empresas en el largo plazo. 'Si no somos eficientes en todos los sectores, nuestras empresas no durarán mucho tiempo', concluye.


Un futuro con desafíos y oportunidades

En resumen, para Reynoso, la clave para mantener la competitividad en la molinería argentina está en seguir invirtiendo en calidad y capacitación, sin perder de vista la necesidad de optimizar cada proceso. Así, la industria seguirá evolucionando y enfrentando con éxito los nuevos desafíos que trae la creciente demanda y la innovación constante.

A medida que el sector continúa avanzando, la molinería argentina se posiciona como un referente en la adopción de nuevas tecnologías y en la mejora continua de sus procesos, lo que asegura la calidad del trigo y la harina en el futuro.

En su visión, uno de los mayores desafíos es sensibilizar a los productores sobre la importancia de priorizar la calidad del trigo en lugar de enfocarse exclusivamente en el rendimiento por hectárea. Según su perspectiva, un trigo de mejor calidad es esencial para asegurar una harina rica en proteínas y gluten, que se traduce directamente en mejores productos finales para el consumidor.

En la calidad del pan se ve el fruto: un buen volumen, una corteza perfecta y ese sabor que conecta nuestra dedicación con la mesa del consumidor. 'Ahí es el momento más gratificante, cuando se ve plasmado todo nuestro trabajo.'